Diego de Hojeda nació en Sevilla en 1570, en el corazón de la España de los Reyes Católicos, pero su destino lo llevó a cruzar el vasto océano, hacia las tierras de las otras Españas. En aquellas tierras del Virreinato del Perú, que entonces irradiaban promesas de aventura, fortuna y la gloria de Dios, Diego encontraría su vocación más alta.
En 1591, ingresó al convento de frailes dominicos del Rosario, en la ciudad de Lima. Bajo la guía de ilustres prelados como Fray Domingo de Valderrama, Hojeda comenzó a destacarse como hombre de fe y letras. En esa primera época como dominico, su alma poética ya brillaba: ensalzaba en versos obras épicas como Arauco domado de Pedro de Oña y daba los primeros pasos en la composición de La Cristiada, su magna obra, que lo consagraría como uno de los más grandes poetas épicos de la hisotira.
Su formación intelectual fue profunda y exigente. En 1601 obtuvo el grado de licenciado en Teología y comenzó a enseñar Filosofía, mostrando una devoción singular a Santo Tomás de Aquino, cuyo nombre incorporó al suyo en homenaje. En 1606, alcanzó el doctorado en Teología, y su erudición y virtudes lo llevaron a ser prior, primero del convento del Cuzco y luego del convento limeño dedicado a Nuestra Señora del Rosario. Allí, su fervor ascético, su caridad, y su talento literario lo elevaron como una figura central de la Orden de Predicadores.
Sin embargo, en su vida no faltaron las pruebas. Víctima de disputas internas, fue despojado injustamente de su cargo y relegado a fraile común, primero en el Cuzco y luego en Huánuco de los Caballeros. Fue en esta última ciudad donde entregó su alma al Señor en 1616. Antes de terminar aquel año, su orden reconoció su inocencia, vindicando la memoria de un hombre que había servido a Dios con humildad y entrega total.
La Cristiada, publicada en Sevilla en 1611 y dedicada al Virrey del Perú, Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montes Claros, es un canto sublime que exalta la Pasión de Cristo con el vigor de un alma completamente consagrada al Evangelio. Diego de Hojeda, fraile, poeta y siervo fiel, dejó un legado imperecedero. Su vida, marcada por la cruz y el heroísmo espiritual, resplandece como ejemplo de aquella España que ofreció lo mejor de su fe y cultura para mayor gloria de Dios.
Libros de Diego de Hojeda publicados por Vita Brevis: