La Cristiada

Fray Diego de Hojeda
La Cristiada es un libro que todo católico hispanohablante debería conocer y releer periódicamente, tanto por su gran calidad poética como por su carácter de obra católica monumental.

Inspirándose en epopeyas clásicas como la Ilíada o la Eneida, el dominico Diego de Hojeda describió en verso la mayor gesta heroica de todos los tiempos: la pasión, muerte y resurrección del Hijo de Dios.





Fray Diego tomó el hilo argumental de la pasión de Cristo como tronco en el que injertar un resumen de la cosmovisión católica: el Antiguo y el Nuevo Testamento, la Iglesia, los cismas y herejías, los santos y los Padres de la Iglesia, el cielo y el infierno, ángeles victoriosos y demonios intrigantes, los pecados o las virtudes. Todo ello armoniosamente integrado en un conjunto que podría considerarse la Divina Comedia del Barroco. Esta edición con más de mil notas a pie de página ayudará al lector a disfrutar sin dificultad de una obra en la que podrá contemplar a Cristo como el centro y el eje de la historia.

Edición en papel: 24,90 €


Edición electrónica (pdf): 6,00 €


Comprar en Amazon
Si tiene dudas sobre el proceso de compra, encuentra alguna dificultad o le gustaría pagar mediante transferencia bancaria, póngase en contacto con nosotros en info@vitabrevis.es



Primera edición: Diciembre 2011
Número de páginas: 442
Dimensiones: 22,5 cm x 15 cm
ISBN: 978-1-4710-2902-8


Resumen de la Cristiada:

Libro primero

En el cenáculo de Jerusalén, el Rey divino instituye el sacramento más sublime: la Eucaristía, su propio Cuerpo y Sangre ofrecidos como alimento de vida eterna. En un gesto majestuoso, lava los pies de sus apóstoles, no como siervo derrotado, sino como soberano que enseña con el ejemplo. Más tarde, en el huerto de Getsemaní, Jesús libra un combate interior heroico, enfrentando la agonía de cargar con los pecados del mundo. Mientras los cielos tiemblan y la tierra parece contener el aliento, sus discípulos duermen, ajenos a la batalla cósmica que se libra.

Libro segundo

Judas, el traidor, irrumpe en la escena acompañado de soldados armados. Con un beso de hiel entrega al Maestro, pero Cristo, sereno como un general que marcha al sacrificio por sus tropas, se entrega sin resistencia. Los apóstoles huyen, incapaces de comprender la magnitud de la batalla espiritual que se avecina. Ante el Sanedrín, Jesús es vilmente acusado, y Pedro, el futuro príncipe de los apóstoles, tropieza al negarlo tres veces, marcando el contraste entre la debilidad humana y la fortaleza divina.

Libro tercero

Los cielos se oscurecen mientras el Justo es presentado como un criminal. En el Sanedrín, los sumos sacerdotes, consumidos por la envidia y el odio, se convierten en instrumentos del mal. Cristo, cual cordero llevado al matadero, soporta insultos y golpes sin emitir una queja. La Pasión toma forma, y con cada tormento, el Hijo de Dios avanza en su misión redentora, enfrentando el desprecio del mundo con la fuerza invencible del amor.

Libro cuarto

Jesús comparece ante Pilato, el gobernador romano, quien, atemorizado por la turba y por su propia falta de carácter, lo envía a Herodes. Este, como un rey burlón, se ríe de quien realmente es Rey de Reyes. Pilato, en un acto de cobardía suprema, entrega al Inocente al juicio de la multitud, sellando el destino que el cielo había dispuesto: el Creador sufrirá a manos de su propia creación para abrirles las puertas de la eternidad.

Libro quinto

En una escena de brutalidad épica, Cristo, el Guerrero celestial, es flagelado hasta el límite humano. Los soldados romanos lo coronan de espinas y lo visten con un manto púrpura, sin saber que están coronando al verdadero Rey. Cada golpe y cada burla son asumidos por el Salvador como un acto de reparación por los pecados del mundo. En su silencio, Jesús derrota el orgullo del hombre y demuestra que el sacrificio es más poderoso que la fuerza.

Libro sexto

El camino al Calvario es el desfile triunfal del Redentor. Con la cruz a cuestas, Jesús sube al Gólgota, llevando consigo los pecados de la humanidad. Simón de Cirene, forzado a ayudarle, se convierte en símbolo de todos los hombres llamados a participar en la redención. Las mujeres de Jerusalén lloran, y Jesús, con la majestad de un profeta, las exhorta a llorar por sus propios hijos. El sol parece oscurecerse y la creación entera queda suspendida, como si el universo contemplara con asombro el sacrificio que se aproxima.

Libro séptimo

La crucifixión es el clímax de esta epopeya sagrada. Jesús, clavado en la cruz, reina desde el madero como un verdadero soberano. Perdona a sus verdugos, promete el Paraíso al buen ladrón y entrega a la Virgen María como madre de toda la humanidad. La naturaleza misma se rebela: el cielo se oscurece, la tierra tiembla y el velo del templo se rasga en dos. En un grito final, Cristo consuma su misión, proclamando la victoria del amor sobre el pecado y la muerte.

Libro octavo

Con su muerte, el cosmos parece desgarrarse: los cielos lloran, las rocas se parten, y los muertos se levantan de sus tumbas. Jesús es depositado en el sepulcro, pero incluso en su aparente derrota, la semilla de la victoria florece. La tierra, que ha bebido la sangre del Salvador, aguarda en silencio el milagro de la resurrección, mientras el infierno empieza a temblar ante la inminente llegada del Redentor.

Libro noveno

Cristo desciende al infierno, no como un vencido, sino como un conquistador que rompe las puertas de las tinieblas. Con un poder divino, libera a las almas justas del Antiguo Testamento, desde Adán hasta los profetas, y los lleva a la luz eterna. Es el clímax de la batalla cósmica: el pecado y la muerte han sido derrotados, y el Rey victorioso proclama la redención de la humanidad.

Libro décimo

En la madrugada del tercer día, el sepulcro vacío anuncia el triunfo definitivo: Cristo ha resucitado. Las apariciones a sus discípulos, temerosos y confundidos, transforman su desolación en esperanza. Santo Tomás, al tocar las llagas gloriosas de Jesús, proclama su fe: “¡Señor mío y Dios mío!”. La Resurrección, presentada como la máxima victoria, confirma que la muerte ya no tiene poder sobre los hombres.

Libro undécimo

Jesús se aparece a sus discípulos, les instruye y les confiere la misión de predicar el Evangelio a todas las naciones. El pequeño grupo de apóstoles, frágil y humano, se convierte en el ejército espiritual que llevará la luz de Cristo al mundo entero. Cada palabra de Cristo resuena como una orden de batalla, preparando el terreno para el Pentecostés.

Libro duodécimo

En la Ascensión, Jesús se eleva al cielo, dejando a sus apóstoles con la promesa del Espíritu Santo. En Pentecostés, el Espíritu desciende como un fuego celestial, transformando a los apóstoles en heraldos del Reino. La epopeya concluye con un mensaje de esperanza: el triunfo de Cristo es eterno, y su victoria resuena en los corazones de todos los que, a través de la fe, participan en su redención.



2 comments:

Luis López dijo...

"¡Oh Dios siempre por mí crucificado!
(Libro XI)

Concluí hace unos días la lectura de esta obra, y todavía me asombro de que esta joya, que a mi juicio está a la altura poética y dramática de "El paraíso perdido" de Milton e incluso de la "Divina Comedia", sea tan desconocida para el gran público.

No quiero ser mal pensado, pero no sé si ese desconocimiento o ese ostracismo se debe a la radical catolicidad de la obra o a que en realidad los españoles somos unos "genios" a la hora de vender nuestras maravillas, y siempre tienen que venir desde fuera a recordarnos que, en contra de lo que dice César Vidal, no somos tan malos y a veces hacemos obras maestras universales.

Anónimo dijo...

interesante

Publicar un comentario

¿Quiere dejar su opinión sobre este libro?

 
Vita Brevis. Diseño web por AMR